CURSO Y OBSERVACIÓN EN ROMA

 

Del 22 al 27 de mayo dos profesores del CEPA Villa de Guardo nos hemos desplazado a Roma con una doble función: asistir a un curso de formación con la intención de poder aplicarlo en las clases y en la escuela.

Por otro lado, se trataba de observar la forma de trabajar dentro del sistema educativo italiano con adultos. En relación con este último aspecto, además, tuvimos la opción de acudir a un Instituto cercano al lugar de celebración del curso.

El curso, realizado en la sede de Teacher’s Academy en Roma, trataba de identificar los distintos tipos de estrés, su inicio y desarrollo, y cómo afectaba este tanto a los docentes como al alumnado y a toda la comunidad escolar. Además, pudimos compartir ideas y experiencias no sólo con Christine, nuestra profesora estadounidense, si no con una serie de docentes procedentes de Sevilla, Polonia, Alemania y Hungría.



A la finalización había que realizar un proyecto de aplicación en la escuela que, nuevamente, pusimos en común.

El curso en sí fue muy ligero. Los contenidos estaban subidos a una web en la que la profesora iba poniendo día a día lo que íbamos a tratar, así como más información al respecto para ampliarla. Pese a esto, salimos con la impresión de que no vimos nada que no supiéramos. También es cierto que ver reflejados los sentimientos que tenemos en nuestro día a día en otras zonas, no sólo de Europa, si no del mundo (recordemos que la ponente era de Estados Unidos), hace que tengamos una sensación de globalidad que se podría, de todas formas, concretar con ese refrán tan español que tenemos: “mal de muchos, consuelo de tontos”.

En el plan final, pudimos resumir los siguientes puntos:

-   Es conveniente dedicar tiempo para uno mismo.

-   Desconectar en las situaciones que nos provoquen estrés es apropiado y necesario.

-   El ejercicio físico ayuda a combatir el estrés.

-   Las aficiones pueden ser un premio que nos podemos permitir después de tener una situación de estrés.

-   Una alimentación adecuada y equilibrada combate el estrés.

-   Dormir es un arma excelente de nuestro cerebro para repararse.



La primera observación y job-shadowing la realizamos en el CPIA nº3 de Roma. Se trata de un Centro de Educación para personas adultas situado muy cerca del centro de Roma. Existen, actualmente, 7 CPIAs en la ciudad, siendo el 3 el central. En él nos atendió Ada, ya que la directora tenía una reunión telemática y no podía hacerlo.

Ada nos enseñó el centro y resolvió todas las dudas que teníamos sobre el sistema educativo italiano. En las aulas, coincidimos con una movilidad de alumnos y profesores de una Escuela Oficial de Idiomas de Alicante.

Una de las cosas que nos llamó la atención es que, prácticamente, lo único que se imparte en estos centros es italiano para extranjeros. Existen clases de diferentes niveles: A1, A2 y preparatorio de B1.

Al igual que nos ocurre a nosotros, la escuela sólo puede certificar hasta un nivel A2, siendo el B1 únicamente preparación de examen para la obtención del título de manera externa.

Asistimos a tres clases diferentes, en las cuales vimos la metodología y mecánica de impartir las clases por parte del profesorado. Constatamos que allí también habían llegado las pizarras digitales, aunque el uso que se le dio durante esas clases fue sólo de proyección.

También nos facilitaron un examen de nivel A2 de italiano, que era el que tenía que hacer el alumnado. El centro cuenta con 500 alumnos y 20 profesores.



Como anteriormente dijimos, también visitamos el Istituto di Istruzione Superiore Statale Cine-tv Roberto Rossellini - Sede Libetta que era un instituto de integración y específico de Diversidad Funcional, dotado con recursos materiales y humanos que nos llano mucho la atención. Las pantallas eran utilizadas de manera constante. Además, frente a la clase tradicional con mesas en hilera y parejas enfocadas hacia la pizarra, existían sillas que tenían una base giratoria de ruedas mediante las cuales el alumnado podía cambiar de posición y disposición fácilmente.

La integración era uno de los símbolos de identidad del centro, ya que en el aula que estuvimos había un alumno con parálisis cerebral severa, al que tenían que transportar en su silla de ruedas y que tan sólo se comunicaba mediante “si” y “no”.

El centro cuenta con 140 alumnos y 80 profesores.



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